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Un equipo de científicos desarrolla un ambicioso proyecto que tiene como fin permitir la comunicación entre los humanos y las ballenas cachalotes

Para esto, la Iniciativa de Traducción de Cetáceos (proyecto CETI) utiliza la inteligencia artificial (IA) para entender el lenguaje de las ballenas.

En específico, el equipo quiere descifrar los chasquidos que los cachalotes utilizan para comunicarse entre sí, lo que se conoce como “codas”.

Los cachalotes tienen el cerebro más grande de la Tierra, se comunican a través de un sistema complejo y viven en grupos familiares muy unidos.

Los cachalotes pertenecen al suborden de las ballenas dentadas y los delfines, conocidos como odontocetos, y es una de las ballenas más fáciles de identificar en el mar.

Las criaturas obtuvieron su nombre durante los días de la caza comercial de ballenas.

Los balleneros pensaban que sus grandes cabezas cuadradas eran enormes depósitos de esperma, porque cuando se cortaba la cabeza se descubrió que contenía una sustancia blanca lechosa.

Una secreción intestinal llamada ámbar gris que se encuentra en los cachalotes se utilizó como fijador en la industria del perfume.

En un momento, valía más que su peso en oro, pero este ya no es el caso.

Los cachalotes ganaron su nombre durante los días de la caza comercial de ballenas. Los balleneros pensaban que sus grandes cabezas cuadradas eran enormes depósitos de esperma, porque cuando se cortó la cabeza se descubrió que contenía una sustancia blanca lechosa.

El plan es que la IA correlacione los sonidos de las ballenas con un contexto específico, una hazaña que llevará al menos cinco años, según los investigadores.  Si el equipo logra estos objetivos, el siguiente paso será desarrollar e implementar un chatbot interactivo que entable un diálogo con los cachalotes que viven en la naturaleza.

¿Cómo lo harán?

Para llevar a cabo esta tarea, los científicos quieren aprovechar el procesamiento del lenguaje natural (PNL), que se define como un subcampo de la IA que se centra en el procesamiento del lenguaje escrito y hablado.

Los investigadores ya han aplicado las grabaciones de codas de cachalotes a un algoritmo de PNL. Ellos creen que los resultados son “prometedores”.

“Parecían funcionar muy bien, al menos con algunas tareas relativamente sencillas”, señaló Michael Bronstein, jefe de aprendizaje automático del proyecto CETI, sobre las codas.

Ahora, el primer objetivo del proyecto es recoger 4,000 millones de codas de cachalotes. Para esto, el equipo quiere aprovechar un trabajo anterior que recopiló cerca de 400,000 de estos sonidos.

Otro desafío será contextualizar estos llamados, ya que las palabras sin contexto no ofrecen ningún tipo de significado. Esto podría tomar años de investigación en los hábitats naturales de las ballenas.

 

Fuentes consultadas es.digitaltrends.com y httpsnoticiasdelmundo.news

 

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