Los cambios en las corrientes oceánicas son reales muy por debajo de la superficie del agua de los mares y océanos, el agua se desplazan como cinturones térmicos que canalizan la temperatura y los flujos de carbono, oxígeno y nutrientes alrededor del planeta.
Si el sistema sigue debilitándose podría alterar los patrones climáticos de varias regiones del planeta.
Cambios en las corrientes oceánicas uno de los sistemas de circulación oceánica más grandes del planeta. Encargado de regular el clima mundial, está en su punto más débil de los últimos 1.600 años. y podría acarrear graves alteraciones ambientales. Advierten dos nuevos estudios publicados este miércoles en Nature.
Geólogos y oceanógrafos han venido recopilando evidencia convincente de las consecuencias del cambio climático. Aobre los cambios en las corrientes oceánicas y la Circulación Atlántica Meridional de Retorno (AMOC, por sus siglas en inglés).
Un sistema de aguas profundas que hace circular el agua caliente de la corriente del Golfo al Atlántico Norte. Donde libera calor a la atmósfera y calienta Europa occidental. «El agua más fría se hunde a grandes profundidades y viaja hasta la Antártida y finalmente regresa a la corriente del Golfo».
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El motor del clima en peligro
Una primera investigación presenta pruebas de que las aguas superficiales en el Atlántico Norte. El motor que mantiene la AMOC en constante movimiento. Comenzaron a debilitarse hacia 1850. Posiblemente por el aumento de la afluencia de agua dulce. Menos densa que el agua de mar, causado por el derretimiento del hielo marino, los glaciares y las plataformas congeladas.
«El agua dulce hizo que la AMOC se debilitara porque evitó que las aguas se volvieran lo suficientemente densas como para hundirse». Aseguró a AFP David Thornalley, coautor de uno de los estudios.
Consecuencias de los cambios en las corrientes oceánicas
De acuerdo con la Institución Oceanográfica de Woods Hole(EE.UU.), que participó en la investigación, si el sistema sigue debilitándose podría alterar los patrones climáticos de EE.UU. y Europa.
Más enfriamiento en el Atlántico Norte, mayores tormentas invernales en el continente europeo, posible desplazamiento hacia el sur de lluvias tropicales. Y un aumento más rápido en el nivel del mar en la costa este estadounidense.
Estas corrientes también transportan nutrientes, oxígeno, larvas de coral o peces de un área a otra. Contribuyendo a la capacidad de los océanos para absorber y almacenar dióxido de carbono (CO2).
En este sentido, la pesquería comercial podría verse afectada así como algunas especies de peces, aves y ballenas debido a la carencia de aguas ricas en oxígeno.
Asimismo, esto conducirían a un circulo vicioso al «dejar más dióxido de carbono en la atmósfera, que contribuye al calentamiento global». Concluye Thornalley.