Después de desmoronarse en diciembre de 2020, el poderoso radiotelescopio de Arecibo dejó a la humanidad con un último regalo de despedida.
Utilizando datos recopilados por el radiotelescopio de Arecibo entre diciembre de 2017 y diciembre de 2019, los científicos publicaron el informe de radar de asteroides más grande hasta el momento.
Afortunadamente, ninguno de estos asteroides recién descritos representa una amenaza inmediata para la Tierra.
Según la NASA, nuestro planeta está a salvo de impactos de asteroides mortales durante al menos los próximos 100 años.
El informe, publicado el 22 de septiembre en la revista Planetary Science, incluye observaciones detalladas de 191 asteroides cercanos a la Tierra, incluidos casi 70 que se consideran «potencialmente peligrosos». Es decir grandes asteroides con órbitas que los acercan a la Tierra a distancia de 7,5 millones de kilómetros, o unas 20 veces mayor que la de la Tierra.
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Sin embargo, los científicos aún prestan mucha atención a estos objetos que se acercan a la Tierra en caso de que sus trayectorias cambien accidentalmente, por ejemplo, debido al impacto de otro asteroide, que enviará el asteroide hacia la Tierra.
El nuevo informe basado en el radiotelescopio de Arecibo también señala varios asteroides que los astrónomos deben tener en cuenta, incluido. Un extraño objeto cósmico llamado 2017 YE5, un asteroide doble ultra raro formado por dos rocas de casi el mismo tamaño que orbitan entre sí. El diámetro de cada una de las piedras se estima entre 800 y 900 metros.
Que es este observatorio
El radiotelescopio de Arecibo fue un telescopio situado en Arecibo, Puerto Rico, al norte de la isla. Estuvo administrado por 45 años por la Universidad Cornell con un acuerdo de cooperación con la National Science Foundation hasta el mes de octubre de 2011. A partir de esa fecha los nuevos administradores son la Universidad Metropolitana (UMET). SRI International y The Universities Space Research Association (USRA).
El 10 de agosto de 2020 un cable auxiliar se partió y produjo daños en el plato principal del telescopio. El 7 de noviembre de este mismo año, un segundo cable se rompió y atravesó la antena principal.